domingo, 19 de febrero de 2017

La "Santa" Trinidad de los FPS (Parte 1: Introducción y Wolfenstein 3D)

Esta es la primera de tres partes de una reseña bastante extensa que tenía planeada hacer desde un largo tiempo. La escribí en el último año pero nunca llegué a publicar por no tenerlas listas en su totalidad. Publicaré una por semana.

          Tengo un aprecio muy especial por los títulos que me introdujeron al mundo de los videojuegos, en cierta manera pienso que, si no fueron los mejores, fueron los correctos para darme la mejor impresión de lo que es capaz el medio. Al fin y al cabo es como conocer a otra persona, la primera impresión lo es todo. Es lógico que, si tu primer juego usa explícitamente los temas de la guerra y la violencia (Sagas como Grand Theft Auto y Call of Duty), consideres que no sean aptos para niños o, si se trata de un juego con mecánicas o una linea argumental demasiado complicada (Como por ejemplo League of Legends o cualquiera de las entregas de Final Fantasy), consideres que son muy difíciles de comprender o te confundas. Esa es quizás una de las barreras más grandes del medio. Es por eso que los juegos simples y minimalistas, en la mayoría de los casos, tienden a ganar popularidad más rápido, casi todas las sagas de Nintendo y la mayoría del mercado móvil son la prueba de ello (Pokemon GO es quizás el ejemplo claro). Es claro, en la simplicidad hay poder, esto aplica para todo, no solo con lo videojuegos. Pero no basta con la sencillez. Una jugabilidad entretenida y que no se vuelva repetitiva con el tiempo, una estética fácil de reconocer y vivaz, etcétera, etcétera. La pasión, el trabajo y una dirección clara en la simplicidad son la clave.

El equipo original de Id Software en los noventas


          Ese es el espíritu que Id Software pudo demostrar, trayendo a la vida el género que mejor saben trabajar. Quizás no fueron los primeros en mostrar los FPS's (First Person Shooter's o juegos de Disparos en Primera Persona - desde la perspectiva visual del protagonista), pero fueron quiénes lo elevaron a la enésima potencia de lo que era capaz el medio y la tecnología de ese entonces (Hoy lo siguen intentando). John Carmack y John Romero, junto con el resto del equipo de Id Software crearon lo que yo llamo la Santa Trinidad de los FPS. Tres títulos claves del género, en orden cronológico, Wolfenstein 3D (1992), Doom (1993) y Quake (1996). Cada uno movió contundentemente a la industria, y representan a la escala evolutiva por la cual el género pasó antes de la llegada del FPS narrativo (Obra de títulos como Half-Life 1 y 2 y la saga Bioshock). Tres títulos que les invito a ver más allá de lo estético y lo temático, y que espero que puedan apreciar tanto como yo. Me dispongo no solo a mostrarles estos juegos, sino a evaluarlos objetivamente y reflexionar como mejoraron con el tiempo, que errores cometieron y fueron arreglados, y que nuevas cosas surgieron con nuevas ideas. Me limitaré a los que pienso son los tres pilares centrales del género para la época (Ya de por sí esta entrada es suficientemente larga) de manera que juegos que aprovechan el motor gráfico de estos (Heretic, Hexen o Strife) o sus competidores (Unreal y Dukem Nukem 3D) quedan fuera de esta reseña, por ahora. Dedicaré una entrada a cada uno de estos títulos, de manera que el texto se vuelva menos pesado de lo que ya es, y pueda dedicarle lo que se merece cada juego, ni más ni menos. Sin extenderme aún más, iniciamos con el primero.



(Puedes hacer click en cualquiera de las imágenes y aumentarlas)

          Wolfenstein 3D hace su entrada a los juegos de PC en 1992, en una época donde el género apenas había sido rozado por la misma Id unos pocos años atrás con los títulos Hovertank One y Catacomb 3-D. En mi caso juego su versión original de MSDOS desde el emulador DOSBOX, es complicado de usar, pero en definitiva, con las configuraciones adecuadas, es la mejor forma de jugar títulos de Windows 95 o aún más antiguos; lo recomiendo bastante (A quien lo necesite). La premisa es sencilla y directa: entra en el papel de William "B.K." Blazkowicz, un espía americano cautivo en las garras del ejército nazi dentro de la fortaleza llamada Castillo Wolfenstein, después de haber conseguido distraer al guardia de su celda, haber acabado con él y de tomar su pistola, Blazkowicz debe adentrarse en las profundidades del laberinto en que se encuentra preso, acabar con todos los nazis y buscar una salida para poder acabar con los planes de sus captores. Toda esta historia pasa muy a segundo plano desde el inicio (además de ser los más genérico de hoy en día), ya que desde el principio, no hay cuadros de textos ni cinemáticas lentas, solo te encuentras en tu celda con arma en mano ya dispuesto a acabar con todos y pasar de nivel en nivel buscando la salida.


          El juego consta de 6 capítulos, cada uno con 10 niveles llenos de enemigos y calabozos alemanes que explorar, que pueden ser jugados en cuatro dificultades distintas; además de una secuela llamada Spear of Destiny que trae 3 capítulos adicionales. El juego es principalmente de acción arcade con gran énfasis en la exploración y en la recolección de objetos, posee una tabla de puntuaciones (El bien llamado Highscore) ya que cada partida es recompensada con puntos con cada objeto encontrado y enemigo eliminado que obviamente subirá según la dificultad elegida. El "3D" aunque ortodoxo y muy anticuado esta bien logrado, aunque la resolución y la falta de variedad visual sean un poco tediosas, todo está muy bien ilustrado, los distintos enemigos y objetos son fáciles de diferenciar, y el estilo cómico pero crudo en cuanto a lo visceral está bien logrado (que encaja perfectamente con el humor rudo pero divertido de los menús y la estética en general). Los sonidos hacen su trabajo, nada del otro mundo (Es fácil reírse la primera vez que se escucha el sonido de la ametralladora) y la música se vuelve bastante repetitiva e inmemorable, sin contar canciones como la de la pantalla inicial del juego, el menú o el primer nivel del juego (Las escucharás con mucha frecuencia). Llegar al final de este juego es difícil (incluso en la dificultad más baja), sobre todo no por los enemigos, si no por el diseño de niveles y en una cierta parte por sus controles. Wolfenstein 3D es un juego de acción pura y diversión hasta el momento que te pierdes en un nivel o no consigues una llave para poder seguir adelante. 


          Como dije, los escenarios son muy repetitivos por la falta de variedad en enemigos y arte visual (Al menos en cada capitulo cambia un poco, pero 10 niveles largos con los mismos sprites cansan rápidamente) lo cual hace muy fácil confundir la localización de uno, eso junto con la ausencia de un mapa hace muy fácil el perderse los niveles, arruinando así la experiencia. En la secuela Spear of Destiny esto es relativamente solucionado con el uso de un mayor detalle gráfico y variedad en el uso de texturas. Por otro lado, Wolfenstein 3D forma parte de la primera generación de juegos FPS, donde la navegación por los espacios en tercera dimensión no estaba lo suficientemente pulida. Blazkowicz se siente más como un tanque con una pistola al frente que como un ágil y furtivo soldado entrenado a pleno, tanto en destreza balística como físicamente. Si bien nuestro personaje puede correr a la velocidad de un corre-caminos y apuntar en una dirección y aún así ser capaz de eliminar a un enemigo en otra, se vuelve tedioso a la hora de girar nuestro arco de visión al mismo tiempo que nos movemos. Esto se nota más al jugar solo con teclado (¿Jugar un FPS nada más con el teclado en el 2016? ¿Qué idea es esa?) que es el esquema de controles principal, pues en la época no todos usaban aún el combo teclado/ratón, que es en efecto la manera más cómoda de jugarlo, y aun así no se dejan de percibr los toscos controles. Mi sugerencia es que las sesiones de juego no pasen de una hora ya que es fácil marearse con el movimiento no tan fluido del juego y la monotonía de los escenarios. Al fin y al cabo Wolfenstein 3D resulta ser un juego muy retador y divertido para pasar el rato, que aunque la frustración en la dificultad y la monotonía gráfica, literalmente, te maree, te invita a volver por más. Pienso, que en cualquiera de sus versiones, vale la pena jugarlo al menos una vez. Wolfenstein marca un hito en lo que a géneros se refiere, introduciendo a los FPS como un género rentable, extremadamente divertido y con mucho potencial; potencial el cual, su sucesor y heredero, lleva quizás a la enésima potencia.
          En el siguiente artículo, hablaremos de DOOM (Incluyendo su secuela) y diseccionaremos qué cambió de la fórmula inicial de Wolfenstein 3D a favor del género y qué no, qué permaneció y qué fue removido. En resumen, qué personalidad representa, cómo la expresa, y cómo la traspasa a los usuarios que interactúan con él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario