domingo, 19 de febrero de 2017

Quicknote #1 2017/02/19

Ilustración creada por Nick Derrington
          Ya estamos a un poco más allá de la mitad de febrero y el año pasa rápido como cualquier otro. Ya a una semana de haber retomado el blog ya tengo un cronograma de cosas por escribir y artículos ya escritos y re-editados que publicar. Pero eso no ha dejado de lado otras cosas que he estado haciendo. En principal, junto con un artículo de reflexión que ya tengo en mente más otra quicknote que vaya a escribir a inicios de marzo seguramente, tengo pensado publicar como reseña del mes un artículo extenso de tres partes que titulé La Santa Trinidad de los FPS, un artículo sobre las tres franquicias líderes de Id Software en los noventas, cuya primera parte ya se encuentra publicada en el blog para el momento en que escribo ésto. Dejando de lado mis planes con el blog y mis estudios, sigo puliendo las demos finales de mis prototipos de las Game Jams en que he participado para tenerlas en mi portafolio de trabajo, actualmente los prototipos se encuentran publicados en la sección de juegos del blog y en un futuro pienso actualizar los links por los de las demos definitivas. También tuve la oportunidad de asistir este sábado 18 de febrero a el torneo Eyes of Heaven, un torneo nacional de Super Smash Brother Wii U (No llegue tan lejos, apenas hasta la 3era ronda) donde gente de todo el país relucía su destreza de manera excepcional. Los encuentros eran emocionantes y las personas muy amistosas además de ser cultas del medio, tuve el chance de conocer a algunos de los mejores, fue un evento bastante entretenido.

La "Santa" Trinidad de los FPS (Parte 1: Introducción y Wolfenstein 3D)

Esta es la primera de tres partes de una reseña bastante extensa que tenía planeada hacer desde un largo tiempo. La escribí en el último año pero nunca llegué a publicar por no tenerlas listas en su totalidad. Publicaré una por semana.

          Tengo un aprecio muy especial por los títulos que me introdujeron al mundo de los videojuegos, en cierta manera pienso que, si no fueron los mejores, fueron los correctos para darme la mejor impresión de lo que es capaz el medio. Al fin y al cabo es como conocer a otra persona, la primera impresión lo es todo. Es lógico que, si tu primer juego usa explícitamente los temas de la guerra y la violencia (Sagas como Grand Theft Auto y Call of Duty), consideres que no sean aptos para niños o, si se trata de un juego con mecánicas o una linea argumental demasiado complicada (Como por ejemplo League of Legends o cualquiera de las entregas de Final Fantasy), consideres que son muy difíciles de comprender o te confundas. Esa es quizás una de las barreras más grandes del medio. Es por eso que los juegos simples y minimalistas, en la mayoría de los casos, tienden a ganar popularidad más rápido, casi todas las sagas de Nintendo y la mayoría del mercado móvil son la prueba de ello (Pokemon GO es quizás el ejemplo claro). Es claro, en la simplicidad hay poder, esto aplica para todo, no solo con lo videojuegos. Pero no basta con la sencillez. Una jugabilidad entretenida y que no se vuelva repetitiva con el tiempo, una estética fácil de reconocer y vivaz, etcétera, etcétera. La pasión, el trabajo y una dirección clara en la simplicidad son la clave.

El equipo original de Id Software en los noventas

domingo, 12 de febrero de 2017

Nueva cara, nueva actitud

          Ha pasado más de un año desde la última vez que publique en el blog. Realmente no me he olvidado de él, en efecto, tengo al menos 12 entradas escritas aunque sin terminar además de una lista de temas y juegos pendientes que quería discutir. Este año ha sido un tanto complicado en muchas maneras. He estado ocupado hasta las orejas con múltiples cosas. La universidad me ahoga con exámenes, el país me mantiene nervioso, mi trabajo me mantiene distraído, la idea de buscar como salir del país o como sobrevivir para quedarme me tenta; y mis proyectos personales junto con mi fuente principal de entretenimiento (videojuegos, mangas, libros, películas y series) apenas tienen un momento disponible en mi ir y venir de la universidad, y en las noches. Pero eso no significa que el año en sí haya sido un desperdicio de tiempo. Es hora de hablar de algunas cosas y contar que he hecho.

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