La historia de mi vida

          Haber nacido en la época de los noventas tiene sus virtudes al igual que otras décadas; múltiples culturas, hábitos, medios de comunicación y entretenimiento de hoy en día vieron la luz y se desarrollaron justo en los diez años antes de empezar el nuevo milenio que hoy conocemos como la Era de la Información. Nuevos géneros de música, estilos de moda y sobre todo nuevas tecnologías. A los 4 años de edad, con mucho tiempo libre y pocos juguetes (Porque gracias a la economía de mis padres jugué con la imitación de LEGO), ya sabía manejar completamente el VHS de mi casa. Mi infancia fue divertida, al menos desde mi punto de vista. De aquí en adelante es donde empiezan a suceder las cosas que definieron mi vida.

          Me acuerdo exactamente el día en que mi papá trajo una caja de metal de color beige enorme, junto con muchos cables, una calco-manía enorme de Gateway y otras cosas extrañas, que parecía una tele, más era mucho más que eso. Como todas las cosas de la casa en la que hasta el día de hoy sigo viviendo (Y conozco cada rincón de ella), llamó mi atención enormemente. Mi papá en cierto momento me enseñó a usarla, y en mi preescolar poca vez al mes teníamos una sola clase interactiva en PC. Aprendí a iniciarla, dibujar en Paint, conectarla a Internet y jugar en la página de Cartoon Network. Aún así, me interesó aún más. Mi papá la usaba frecuentemente para el trabajo y notaba que el usaba un millar de cosas que yo ni si quiera sabía que se podían hacer. El exceso de ocio y mi curiosidad por lo que tenía el nombre de Windows 95, me incitaron para buscar en cada esquina, ventana, menú desplegable, programa, carpeta y archivo del ordenador en busca de saberlo todo (Además de saber donde estaban los juegos de mi papá), una de mis mayores virtudes aunque en otros casos más una debilidad.

           Los juegos de ordenador en sí eran demasiado divertidos, pero no tuvieron el impacto que generó lo que nos llegó en Navidad del año 1998. No pertenecí a la generación que recibió una Playstation, sino una Nintendo 64, y estoy muy agradecido de que así fuese. Cuando nos la regalaron, apenas había llegado con dos cartuchos, Donkey Kong 64 y Mario Kart 64, y la frecuencia con la que recibíamos un nuevo juego era entre medio o un año (Cerca de mi cumpleaños). No tenía la edad y ni de chiste el dinero suficiente como para salir a comprar más juegos con mi "mesada", de manera que cada juego que recibíamos lo disfrutaba todo lo posible, desbloqueaba todo, en todas las dificultades. Disfrute de una librería muy limitada de juegos en la 64, pero entre ellos hay títulos que hoy se reconocen como las bases de muchos géneros y franquicias (Super Smash Bros, 007 Goldeneye, Super Mario 64 y otros más). También pertenecí a la otra cara del fanbase de Nintendo, en vez de jugar Ocarina of Time primero, me regalaron Majora's Mask (Muchas pesadillas y mi amor por los videojuegos son gracias a este título); jugué Donkey Kong 64 y no sabía de Banjo Kazooie hasta que años después me lo regalaron (Título el cual disfrute más que el anterior).

          Los años pasaron y el haber nacido en Venezuela empezó a tener efecto en mis adorados dos hobbies. Los deportes en ningún momento me llamaron la atención (Aún no logro apreciar la emoción que generan), mi mamá insistía en que tenía que hacer un deporte y básicamente pase por cada deporte de mi colegio. Gaste mi 64 tanto como pude, y disfrute de los únicos dos cartuchos de GameBoy Color que tenía, Pokémon Blue y Warioland II; gracias a uno de mis tíos, quien era un aficionado de los FPS pioneros (Además de ser generoso y haber tenido el detalle de prestarnos algunos),  pasé Wolfenstein 3D, DOOM 1 y 2, Heretic y otros más en su mayor dificultad. También, a su tiempo y casi simultáneamente, tuvimos la mejora respectiva, Windows 95 a XP (Excelente sistema operativo hasta el día de hoy), de Nintendo 64 a Gamecube, y de GameBoy Color a Advance; pero he aquí el detalle con el que empecé este párrafo. La versión de XP que teníamos era la Service Pack 3, lo cual les podría dar una idea de lo atrasado que estábamos saltando de una versión tan obsoleta y tocha como la 95 a una tan revolucionaria como lo fue XP. Así mismo fue con mis consolas niponas, la economía de mis padres, más la economía nacional y sobre todo la reputación de Venezuela con la piratería de juegos lo cual la apartó y excluyó en ciertas ocasiones, afectando fechas de lanzamiento, el catalogo disponible de juegos para las consolas y los precios, ya que todo se traía de Estados Unidos o Europa. Podría seguir comentando este asunto hasta morir, pero es un tema que tengo reservado para una entrada más.

          Esta fue quizás, la época donde aprecié más los juegos de PC, pues mi librería de Gamecube fue incluso más limitada que la de 64, un poco más de la mitad, juegos buenos y memorables en general (Super Mario Sunshine, Luigi's Mansion, StarFox Adventures, Paper Mario and The Thousand Year Door, TLOZ Ocarina of Time Master Quest, y otros que no me acuerdo); pero no fueron una experiencia tan nueva y tan extraña como lo fue los juegos de ordenador, más aún si los primeros títulos que jugué fueron nada más y nada menos que Counter Strike (Gracias a los amigos de mi hermano mayor), Half Life, SimCity (No me acuerdo la versión), The Sims (Sigo descargándolo de vez en cuando si pruebo uno nuevo y no me gusta tanto como este) y Resident Evil 2. Siendo cada título mejor que el anterior, cada uno en un sentido muy distinto, dándome experiencias y reflexiones extraordinarias llegué a una conclusión, los videojuegos no son solo un medio de entretenimiento, son mucho más. Muchos de esos juegos tocaron mi corazón, me hicieron reír y llorar, pensar y entender, me definieron como soy hoy en día.

          Pasaron los años, y así como pasé primaria, bachillerato y entré a mi universidad, mejoré mi hardware varias veces (Nintendo Wii, PlayStation 3 (Cuando la compramos sentí que traicionaba a Nintendo), pasé por Windows Vista, 7, 8, 8.1; probé y preservé Ubuntu), pero es este período de tiempo entre los últimos 10 años en cual se enfoca mi blog. Venezuela ha sufrido en los últimos 16 años un fenómeno el cual conocen en el exterior como "Socialismo del Siglo XXI" (Nombre que no cala en ningún sentido...), la economía va literalmente hacia abajo como si no hubiera un mañana, afectando cada sector del país por igual, progresivamente y sin que nada lo detenga. Solo para hacerles una idea (Y me parece el mejor ejemplo), una moneda de chocolate que valía 100 bolívares (Que equivalen a 10 céntimos de la moneda actual, el Bolívar "Fuerte") hace 12 o 10 años creo, vale como mínimo 50 Bolívares Fuertes hoy en día. Venezuela siempre ha tenido problemas de importación, las tecnologías llegan al menos medio año tarde o más, sin contar de que solo llegamos a ver un 10% de lo que realmente existe. En materia de la industria de los videojuegos, sufrimos o adolecemos de muchos problemas. De no ser de clase alta o poseer  una fuente de ingreso lo suficientemente exagerada, los juegos originales de cualquier plataforma serán un mito, incluso en digital pues ahora mismo (08/08/2015) un dolar equivale a 691 Bolívares Fuertes. Al no haber una ley que regule la descarga ilegal de contenido con derechos de autor, la piratería es tan facilitada y promovida en Venezuela que puedes, literalmente, descargar cualquier juego (Ya sea para emular o un juego de una plataforma específica), claro que limitado a tus presupuesto y las plataformas y servicios que puedas pagar (cough... cough... Servicio Online de Xbox... cough... cough...). Son cientos los problemas adicionales que los jugadores venezolanos deben afrontar (De los cuales planeo hablar...), y con las condiciones y las situaciones adecuadas se pueden solventar, aún no sé cuáles son, pero debe existir una manera. Para crearme un hábito con el cual me mantenga mi cordura durante la universidad y seguir el progreso mis proyectos tempranos, me dedicaré desde hoy a escribir sobre estos problemas, comentar y criticar según me parezca, recomendar y reseñar algunos juegos a la comunidad que quizás lea o no esto, y hablar de mis proyectos o en lo que esté trabajando en el momento que escriba para este blog. Por supuesto con entradas mucho más cortas que esta, esta es mi intro a las personas que tienen el detalle de haber dedicado un poco de su tiempo a leer esto.

          Lo que espero no es que miles de personas lean esto, sino nada más compartir mi forma de pensar en cuanto a lo que yo considero mi pasión, que pienso de ella, defender y promover la industria de los videojuegos en mi país de la mejor manera que conozco: jugar, comentar, reflexionar y aprender de ello para futuro. Espero que si llegaron leyendo hasta aquí (¡Felicitaciones por eso!), disfruten y comenten de aquí en adelante, lo que tengo que ofrecer.